Todos podemos algún día, requerir sangre. La donación de sangre hace posible la concreción de diversos procedimientos médicos realizados para combatir diferentes incidentes y patologías. 

Todas y cada una de las donaciones de sangre o plasma son obsequios valiosos y vitales, y la donación periódica, voluntaria y no remunerada es esencial para disponer de un suministro de sangre seguro y sostenible. Disponer de un suministro seguro de sangre, basado en donaciones voluntarias y no remuneradas, es vital para todos los pacientes, principalmente para aquellos que sufren patologías crónicas, como la hemofilia o las inmunodeficiencias.

Sin embargo, en muchos países, los servicios de sangre tienen problemas para poner a disposición sangre en cantidad suficiente y al mismo tiempo garantizar su calidad y seguridad. La falta de acceso a sangre y productos sanguíneos seguros, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos, afecta a todos los pacientes, en particular a los que necesitan recibir transfusiones periódicamente. En muchos países, también es necesario aumentar las donaciones de plasma para que los pacientes dispongan de proteínas plasmáticas en cantidad suficiente. Una de las estrategias de la OMS es ayudar a los países de ingresos bajos y medianos del mundo a mejorar la disponibilidad y la calidad del plasma humano, en particular optimizando la utilización del plasma recuperado de las donaciones de sangre total y aumentando el acceso de los pacientes a los vitales tratamientos con proteínas plasmáticas.

Hoy, 14 de junio, se celebra nuevamente, en todo el mundo, el Día Mundial del Donante de Sangre. Designado oficialmente como evento anual por la Asamblea Mundial de la Salud en 2005, este día constituye una oportunidad especial de festejo y agradecimiento a los donantes voluntarios de todo el mundo por la donación de su sangre, convirtiéndose en un momento particularmente propicio para adoptar medidas dirigidas a lograr el acceso universal a las transfusiones de sangre seguras.