La región sur de Brasil se enfrenta a una tragedia sin precedentes, con al menos 76 personas fallecidas y más de 100 desaparecidas debido a las devastadoras inundaciones que han golpeado la zona.

Parte de la ciudad de Porto Alegre se encuentra bajo el agua, en lo que se ha descrito como "un escenario de guerra" por la prensa local.

Las autoridades locales están llevando a cabo operativos de rescate para salvar a las personas que aún se encuentran atrapadas por las inundaciones.

Hasta el momento, se estima que más de 100.000 personas han sido evacuadas de sus hogares, con alrededor de 88.000 personas buscando refugio con familiares y amigos, y unas 16.600 personas alojadas en refugios públicos.

El estado más afectado por esta tragedia es Rio Grande do Sul, donde se han reportado 75 víctimas fatales.

En Santa Catarina, otro estado afectado por las inundaciones, se ha registrado una víctima mortal.

Las autoridades han destacado que esta tragedia es considerada el peor desastre natural en la historia de la región.

Más de 421.000 viviendas en Rio Grande do Sul están sin energía eléctrica y 115 municipios carecen de servicios de telefonía e internet.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha viajado a la región para supervisar las labores de rescate y respuesta a la emergencia.

El gobierno ha desplegado a un millar de militares para brindar apoyo en la zona afectada.

Se necesitará un esfuerzo conjunto y coordinado para la reconstrucción de la región, que ha quedado devastada por estas inundaciones sin precedentes.