El ciclista esloveno Tadej Pogacar ha protagonizado un emocionante inicio en el Giro de Italia al atacar con determinación en San Vito.

Sin embargo, fue Jhonatan Narváez quien sorprendió al resistir su ataque y ganar la primera etapa para enfundarse la maglia rosa en un emocionante sprint.

Pogacar ha demostrado ser un competidor honesto y valiente, como lo evidencian sus declaraciones previas en otras competiciones.

A pesar de afirmar en la presentación del equipo que no buscaba la maglia rosa en los primeros días, sus acciones han contado una historia diferente en la carrera.

En la etapa inaugural, Pogacar mostró su determinación al perseguir el liderato desde el principio, pero fue Narváez quien, contra todo pronóstico, mantuvo el ritmo del esloveno en el exigente ascenso a San Vito y lo superó en el esprint final en Turín.

Incluso Max Schachmann, que se unió a ellos en el descenso, fue más rápido que Pogacar, lo que demuestra la imprevisibilidad y emoción que el Giro de Italia promete en cada edición.

Los 176 corredores fueron recibidos calurosamente en los Jardines de la Reggia de Venaria Reale, un escenario espectacular para el inicio de la carrera.

El recorrido de 140 km, con tres ascensos categorizados, fue animado desde el principio por una fuga de seis ciclistas. El equipo UAE, consciente de las intenciones de Pogacar, trabajó arduamente para controlar la ventaja de la fuga y preparar el terreno para su líder.

La etapa cambió de tono en la ascensión a la Maddalena, donde el equipo UAE aceleró el ritmo y redujo el grupo de favoritos. Sin embargo, fue en San Vito donde la emoción alcanzó su punto máximo.

Pogacar lo intentó todo, pero Narváez se mantuvo firme y cruzó la línea de meta en primer lugar, obteniendo la maglia rosa y sorprendiendo a propios y extraños en un emocionante inicio de la competición.